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Presión, temperatura y fugas invisibles: los enemigos silenciosos del agua en tu hogar

  • Writer: MANTENTE
    MANTENTE
  • Oct 25
  • 3 min read
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El agua es un recurso tan cotidiano que apenas pensamos en su recorrido dentro de nuestras viviendas… hasta que deja de funcionar correctamente. Bajas presiones, golpes de ariete, tuberías corroídas o cambios bruscos de temperatura son solo algunas de las causas que pueden comprometer el rendimiento, la durabilidad y la seguridad de una instalación sanitaria.En un contexto de creciente conciencia sobre la eficiencia hídrica y energética, entender cómo influyen estos factores es esencial para mantener un sistema fiable y sostenible.


El delicado equilibrio entre presión y temperatura


Toda instalación de suministro y distribución de agua sanitaria debe mantener un equilibrio constante entre la presión y la temperatura. Si uno de estos parámetros se altera, las consecuencias pueden ir desde un simple goteo hasta la rotura completa de una conducción.


Cuando la presión del agua es excesiva, aumenta el esfuerzo interno sobre las tuberías y accesorios, acelerando su desgaste. Por el contrario, una presión demasiado baja genera disconformidad en el usuario y puede afectar al funcionamiento de electrodomésticos o calderas.La temperatura, por su parte, también juega un papel crucial. El calentamiento y enfriamiento repetido del agua produce dilataciones y contracciones en los materiales, lo que puede originar pequeñas fisuras o pérdidas por juntas mal selladas.


El equilibrio ideal se consigue mediante válvulas reductoras de presión, depósitos de expansión y un buen dimensionado del sistema de tuberías. Estas medidas no solo alargan la vida útil de la instalación, sino que mejoran el confort y reducen los consumos energéticos asociados al calentamiento del agua.


Materiales modernos para un rendimiento duradero


Durante años, el cobre fue el material por excelencia en las redes de agua. Sin embargo, los avances en la tecnología de materiales han dado paso a nuevas opciones más ligeras, resistentes y sostenibles, como el polietileno reticulado (PEX), el polipropileno (PP-R) o el multicapa (PEX-Al-PEX).Estos materiales ofrecen una excelente resistencia a la presión y a las altas temperaturas, además de minimizar los problemas de corrosión interna y las pérdidas térmicas.


En instalaciones modernas, se busca no solo garantizar la estanqueidad y durabilidad, sino también facilitar la instalación y reducir los costes de mantenimiento. Los sistemas multicapa, por ejemplo, permiten trazados más flexibles y conexiones rápidas que disminuyen el riesgo de fugas.Además, los fabricantes están incorporando soluciones inteligentes como detectores de fugas integrados, válvulas termostáticas o controladores de caudal, que optimizan el consumo y aportan datos en tiempo real sobre el estado de la instalación.


Golpe de ariete: el enemigo invisible


Uno de los problemas más comunes —y menos visibles— en las redes de agua es el golpe de ariete, un fenómeno hidráulico que se produce cuando el flujo de agua se detiene bruscamente por el cierre repentino de una válvula.Ese cambio de presión genera una onda de choque que puede deformar las tuberías, aflojar uniones e incluso causar fugas o roturas.


Para prevenirlo, es fundamental mantener la velocidad del agua dentro de los límites normativos y disponer de amortiguadores hidráulicos en puntos estratégicos de la instalación. Los equipos de fontanería y mantenimiento también recomiendan evitar válvulas de cierre rápido y garantizar un correcto purgado de aire en el sistema.


Legislación y mantenimiento: dos pilares esenciales

En España, las instalaciones de agua sanitaria están reguladas principalmente por el Código Técnico de la Edificación (CTE), el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y las normas UNE específicas para materiales y presiones.Estas normativas establecen los criterios de diseño, seguridad y eficiencia que deben cumplir las redes de agua en edificios residenciales y terciarios.


Sin embargo, la mantenibilidad de las instalaciones es tan importante como su diseño. Un correcto programa de inspección periódica permite detectar anomalías en presión, fugas o corrosión antes de que se conviertan en averías graves.Además, el mantenimiento preventivo es clave para garantizar la salubridad del agua, evitar proliferación bacteriana y mantener la instalación dentro de los parámetros normativos.


La importancia del instalador profesional


En un contexto donde la sostenibilidad y la eficiencia energética guían cada vez más las decisiones en el sector de la edificación, el papel del instalador profesional cobra más relevancia que nunca.La correcta elección de materiales, el dimensionamiento de las conducciones y la calibración de los equipos determinan el rendimiento final del sistema.

En definitiva, una red de agua bien diseñada y mantenida no solo asegura el confort de los usuarios, sino que protege la inversión, reduce el impacto ambiental y contribuye al ahorro energético global.


Cuidar la instalación de agua sanitaria no es un lujo técnico, sino una garantía de eficiencia, salud y durabilidad.En un momento en el que cada gota cuenta, anticiparse a los problemas de presión, temperatura y fugas es la mejor forma de mantener nuestras viviendas en equilibrio hidráulico y energético.

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